ECONOMÍA DE FICHAS
Su principal objetivo
es motivar al niño en la ejecución de determinados aprendizajes y también
fomentar la aparición de conductas positivas, controlando o eliminando las
disruptivas. Cambiando los reforzadores y
adecuándolos a la edad evolutiva correspondiente, podemos utilizarlo en
prácticamente todos los niveles de edad.
La Economía de Fichas es una
técnica ámpliamente conocida y aplicada tanto en ambientes educativos como
institucionales, familiares o incluso clínicos. Puede ser utilizada en grupo
pero también a nivel individual.
En cierto modo puede
considerarse una aplicación derivada del Condicionamiento Operante descrito por
Skinner ya que utiliza como base el refuerzo, en especial los denominados
reforzadores secundarios (Hull).
No obstante, los creadores
de esta técnica como tal fueron Ayllon y Azrin en 1968; fue la necesidad de
encontrar una nueva vía para motivar a los pacientes mentales institucionalizados
crónicamente y conseguir que actuaran de modo más competente, lo que les llevo
a su creación y sistematización.
Cómo puede ayudarnos está
técnica
La Economía de Fichas en
clase supone establecer un sistema reglado, con unas normas y consecuencias
positivas para motivar a los niños en la ejecución de conductas deseadas. Se
denomina "de fichas" ya que para conseguir el premio final los niños
deberán recoger un determinado número de fichas o puntos.
Cada clase, cada grupo es un
mundo y dependerá de sus propias circunstancias y peculiaridades el marcar unos
u otros objetivos. En general podemos señalar dos grandes ámbitos en los que la
Economía de Fichas pueden ayudarnos:
A) Elevar la motivación del
grupo hacia determinados aprendizajes.
B) Aumentar las conductas
positivas y tratar de controlar y/o eliminar las disruptivas.
PASOS A SEGUIR
Conocer al Grupo
El paso previo para la
instauración de una economía de fichas en el aula pasa por conocer las
peculiaridades de nuestro grupo. La edad, las características personales de
cada niño, sus áreas de interés, su ámbito social, entre otros, pero también la propia
personalidad del grupo, es decir, si se trata de un grupo homogéneo o, por
contra, es muy heterogéneo y nos encontramos con niños de diferentes orígenes y
culturas.
DEFINIR EL ÁMBITO DE
ACTUACIÓN
¿Qué es lo que necesitamos
corregir o mejorar en el aula?
Podemos tener necesidad de
actuar para fomentar la motivación hacia ciertas asignaturas y/o actividades o
también sobre determinadas interacciones conductuales desadaptadas entre
iguales (peleas, riñas, desobediencia, negativismo).
Una vez definidos los
objetivos prioritarios, debemos transmitirlos de forma concreta y entendible
para todo el grupo.
CONCRETAR LA METODOLOGIA
¿Cómo lo vamos a hacer?
Ahora se debe delimitar las medidas necesarias para aplicar el procedimiento en
la práctica. Esto requiere varios pasos:
1) Especificar la conducta
que va a premiarse y el premio.
2) Explicar cómo se obtienen
o pierden puntos.
3) Crear un registro donde
los niños vean el estado de sus puntos.
4) Dar los premios o
reforzadores en los plazos acordados a quienes consiguen las metas marcadas.
APLICACIÓN Y SEGUIMIENTO
Finalmente debemos poner en
marcha el procedimiento en base a los objetivos y reglas que hemos establecido.
Es importante que su aplicación sea lo más simple posible y que todos los niños
tengan claras las normas de funcionamiento sin contradicciones. Es muy probable que las
cosas no funcionen del todo bien los primeros días y/o semanas de la
implantación del sistema. Debemos de ser constantes en su aplicación para
empezar a obtener resultados positivos y que los niños se convenzan de que es
un sistema con el que pueden obtener beneficios extra.
PROPÓSITO TERAPÉUTICO
Se considera que esta técnica como terapia potencia al infante en función de lograr reaccionar positivamente ante el estimulo de obtener la mayor cantidad de fichas... Lo que conlleva a la modificación de conductas nocivas y motivar al menor a lograr cada meta.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario