viernes, 30 de diciembre de 2016

ECONOMÍA DE FICHAS

ECONOMÍA DE FICHAS

         Su principal objetivo es motivar al niño en la ejecución de determinados aprendizajes y también fomentar la aparición de conductas positivas, controlando o eliminando las disruptivas. Cambiando los reforzadores y adecuándolos a la edad evolutiva correspondiente, podemos utilizarlo en prácticamente todos los niveles de edad. 

La Economía de Fichas es una técnica ámpliamente conocida y aplicada tanto en ambientes educativos como institucionales, familiares o incluso clínicos. Puede ser utilizada en grupo pero también a nivel individual.

En cierto modo puede considerarse una aplicación derivada del Condicionamiento Operante descrito por Skinner ya que utiliza como base el refuerzo, en especial los denominados reforzadores secundarios (Hull). 

No obstante, los creadores de esta técnica como tal fueron Ayllon y Azrin en 1968; fue la necesidad de encontrar una nueva vía para motivar a los pacientes mentales institucionalizados crónicamente y conseguir que actuaran de modo más competente, lo que les llevo a su creación y sistematización.

Cómo puede ayudarnos está técnica

La Economía de Fichas en clase supone establecer un sistema reglado, con unas normas y consecuencias positivas para motivar a los niños en la ejecución de conductas deseadas. Se denomina "de fichas" ya que para conseguir el premio final los niños deberán recoger un determinado número de fichas o puntos.

Cada clase, cada grupo es un mundo y dependerá de sus propias circunstancias y peculiaridades el marcar unos u otros objetivos. En general podemos señalar dos grandes ámbitos en los que la Economía de Fichas pueden ayudarnos:

A) Elevar la motivación del grupo hacia determinados aprendizajes.
B) Aumentar las conductas positivas y tratar de controlar y/o eliminar las disruptivas.

PASOS A SEGUIR

Conocer al Grupo

El paso previo para la instauración de una economía de fichas en el aula pasa por conocer las peculiaridades de nuestro grupo. La edad, las características personales de cada niño, sus áreas de interés, su ámbito social, entre otros, pero también la propia personalidad del grupo, es decir, si se trata de un grupo homogéneo o, por contra, es muy heterogéneo y nos encontramos con niños de diferentes orígenes y culturas. 

DEFINIR EL ÁMBITO DE ACTUACIÓN
¿Qué es lo que necesitamos corregir o mejorar en el aula?

Podemos tener necesidad de actuar para fomentar la motivación hacia ciertas asignaturas y/o actividades o también sobre determinadas interacciones conductuales desadaptadas entre iguales (peleas, riñas, desobediencia, negativismo).

Una vez definidos los objetivos prioritarios, debemos transmitirlos de forma concreta y entendible para todo el grupo. 

CONCRETAR LA METODOLOGIA
¿Cómo lo vamos a hacer?

Ahora se debe delimitar las medidas necesarias para aplicar el procedimiento en la práctica. Esto requiere varios pasos:

1) Especificar la conducta que va a premiarse y el premio.
2) Explicar cómo se obtienen o pierden puntos. 
3) Crear un registro donde los niños vean el estado de sus puntos. 
4) Dar los premios o reforzadores en los plazos acordados a quienes consiguen las metas marcadas.

APLICACIÓN Y SEGUIMIENTO

Finalmente debemos poner en marcha el procedimiento en base a los objetivos y reglas que hemos establecido. Es importante que su aplicación sea lo más simple posible y que todos los niños tengan claras las normas de funcionamiento sin contradicciones. Es muy probable que las cosas no funcionen del todo bien los primeros días y/o semanas de la implantación del sistema. Debemos de ser constantes en su aplicación para empezar a obtener resultados positivos y que los niños se convenzan de que es un sistema con el que pueden obtener beneficios extra.

PROPÓSITO TERAPÉUTICO 

Se considera que esta técnica como terapia potencia al infante en función de lograr reaccionar positivamente ante el estimulo de obtener la mayor cantidad de fichas... Lo que conlleva a la modificación de conductas nocivas y motivar al menor a lograr cada meta. 


miércoles, 1 de junio de 2016

TÉCNICAS DE MODIFICACIÓN DE CONDUCTA

Las técnicas de modificación de conducta se pueden clasificar en tres grupos:
 1) Para implantar una conducta,
2) Mantener o incrementar una conducta, y
3) Reducir una conducta.

TÉCNICAS PARA IMPLANTAR CONDUCTAS
Se utiliza la técnica o técnicas para implantar una conducta cuando está  no se encuentra en el repertorio del orientado. Las cinco (5) técnicas más comúnmente aplicadas son las siguientes: Moldeamiento, Modelamiento, Instigación, Instrucciones verbales, Sugerencias.
Moldeamiento: es el reforzamiento sistemático e inmediato de aproximaciones a la conducta blanco (conducta que se desea instaurar) hasta que esta aparezca en el repertorio de conducta es decir se instale.
Se debe especificar con precisión al orientado, la conducta seleccionada para el moldeamiento, seleccionar reforzadores potentes y utilizarlos cada vez que la conducta del orientado se aproxime a la deseada.
Por ejemplo; si queremos enseñarle a un niño correctamente la técnica de cepillado, debemos primero especificarle que deseamos que aprenda a cepillarse los dientes de manera adecuada y hacer hincapié en la importancia de un buen cepillado para su salud oral, luego le explicaremos la forma en que debe agarrar el cepillo, una vez que lo sostenga bien lo recompensaremos haciéndole saber que lo hizo apropiadamente, posteriormente le enseñaremos a realizar vibración y barrido en cada zona ordenadamente por cuadrante reforzando cada vez que lo haga adecuadamente y corrigiéndolo cuando se equivoque hasta que el niño domine correctamente la técnica de cepillado.

Modelamiento: es el aprendizaje mediante la observación e imitación, consiste en una herramienta en la que se utiliza un modelo que ejecute conductas verbales y motoras exactas que se esperan del orientado, mientras éste observa y escucha. Este modelaje puede ser en vivo o por medio de filmaciones lo que vendría siendo modelaje simbólico
Para el uso eficaz del modelamiento se deben seleccionar modelos competentes con estatus o prestigio, la complejidad de la conducta modelada debe ser apta para el nivel de comportamiento del orientado, utilizar refuerzos positivos luego de emitir la conducta esperada.
Cuando queremos utilizar el moldeamiento como estrategia para implantar una conducta adecuada por ejemplo en un laboratorio; si el paciente nunca se le ha tomado una muestra de sangre y tiene miedo, se debe escoger un paciente que sirva como modelo, al cual se le haya tomado una muestra sangre sin expresar miedo o ansiedad. Posteriormente se cita al paciente que deseamos imite la conducta, se realiza el procedimiento con movimientos lentos, con el objeto de que paciente no observe brusquedad y le produzca seguridad y concluido el paciente modelo se atiende al paciente aprensivo recompensando inmediatamente después  de tomar la muestra deseado.
Instigación: es una ayuda especial, manual, verbal o visual, que se le da al orientado durante un proceso para incrementar el éxito en la actividad:
Las instigaciones pueden clasificarse en físicas, visuales y verbales.
Las instigaciones físicas, a su vez pueden ser totales y parciales. La instigación física total es el máximo grado de apoyo y ayuda, también conocido como asistencia u orientación manual o física, se utiliza para obtener del orientado respuestas motoras como la utilización correcta de la raqueta de tenis; donde se toma la mano del orientado y se le guía en la ejecución de las respuestas motoras componentes de la destreza en la técnica que se está enseñando.
En la medida en que el orientado demuestre una ejecución más diestra, se procede a disminuir gradualmente la ayuda física, reduciendo la firmeza con que se sostenían el brazo, hasta lograr que el orientado realice la técnica solo de manera adecuada.
En la instigación física parcial, se proporciona una señal física (tocar su brazo al sostener la raqueta) a manera de sugerencia de la parte del cuerpo que debe mover para realizar la actividad motora. Las instigaciones visuales son indicadores visuales adicionales para producir una respuesta, se utiliza cuando por ejemplo le decimos al orientado que dé un paso al frente y adicionalmente damos un paso al frente, surte el efecto de instigador visual y produce en el paciente la respuesta esperada.
Las instigaciones verbales son sugestiones auditivas adicionales como por ejemplo sonar los dedos para indicarle al orientado que la práctica de tenis ha concluido.
Instrucciones Verbales: son normas o pautas específicas que indican a la persona el comportamiento concreto a producir, es decir que resultados y bajo qué circunstancias en particular.
Las instrucciones verbales específicas aceleran el proceso de aprendizaje; consiste en decirle al orientado exactamente lo que va a hacer, en una situación donde pueda tener dificultades para ejecutar o recordar la ejecución.
Las instrucciones deben ser sencillas, cortas y deben contener palabras las cuales maneje el orientado y evitar términos técnicos o en tal caso aclararle muy bien el significado, para obtener la respuesta esperada.
Por ejemplo en el caso de los médicos cuando redactan un récipe adicionalmente dan las instrucciones verbales para explicarle minuciosamente cuantas veces va a tomar el medicamento y a qué hora, durante cuantos días y aclarar cualquier pregunta con relación a la medicación.
Sugerencias: existen dos clases de sugerencias; la directa esta se refiere a una incitación para iniciar una serie de respuestas y es dirigida específicamente a un determinado orientado.
            Por ejemplo se le dice al orientado: "que te parece si usas el cinturón de seguridad para evitar que algo te pueda causar daño"
            Entretanto la sugerencia indirecta es cuando se incita a otra persona diferente de aquel al que se desea enseñar, en este caso el profesor de natación puede referir a su asistente la excelente actuación del grupo anterior.


TÉCNICAS PARA MANTENER O INCREMENTAR CONDUCTAS
Cuando queremos hacer énfasis en mantener o incrementar una conducta seleccionada denominada conducta blanco, podemos utilizar las siguientes técnicas como las más efectivas y comunes:
-       Reforzamiento,
-       Contratos de contingencia,
-       Economías de fichas.
Reforzamiento: se puede clasificar en: reforzamiento positivo, negativo, descriptivo e intermitente.
El Reforzamiento Positivo; consiste en suministrar una consecuencia inmediatamente que se emita una conducta determinada y se refiere al efecto conseguido una vez aplicado un procedimiento, se concibe como cualquier estímulo que aumente una conducta. Esta técnica produce un incremento importante en la presencia de la conducta deseada y se aplica por ejemplo en los colegios cuando se le da un premio, como un sello o una calcomanía al niño infantil, luego de portarse bien durante la clase.
El Reforzamiento Negativo; es el aumento en la frecuencia de una conducta esperada a través de la suspensión de un evento aversivo inmediatamente después que se presenta la respuesta deseada.
Los refuerzos negativos aumentan la conducta de huída o de evitación; este procedimiento no es muy recomendable, un ejemplo, lo representa el hecho de decirle al orientado que tiene unas manos feas y que se le van a deformar las uñas si sigue comiéndoselas, el reforzamiento descriptivo lo conforman los comentarios explicativos, donde se destaca el comportamiento adecuado, este reforzamiento le permite a la persona saber cuál es la conducta apropiada para recibir el reforzador.
Si se explica al orientado que el hecho de los beneficios de no comerse las uñas o no moverse durante una intervención ambulatoria, se está utilizando este reforzamiento.
 El Reforzamiento Intermitente; consiste en un programa de reforzamiento, donde se refuerza una conducta deseada en alguna de sus ocurrencias, no cada vez que se emita, es muy aconsejable este tipo de reforzamiento, ya que el sujeto no sabe cuándo va a ser reforzado y eso incrementa la presencia de la conducta blanco, por ejemplo cuando el orientado interrumpe reiterativamente durante la clase, el profesor lo recompensará en un promedio de una a tres veces o cada cinco minutos en que no interrumpa.

TÉCNICAS PARA REDUCIR CONDUCTAS

Si lo que se pretende es reducir la frecuencia con la que se observa una conducta, podemos utilizar con éxito las técnicas siguientes:
Extinción: es la discontinuación o eliminación del reforzador de una conducta que anteriormente se reforzaba. La manera más efectiva de erradicar una conducta reforzada anteriormente es ignorándola y para ello se debe ser constante y persistente.
Por lo general en el inicio de la aplicación de esta técnica la persona se confunde por la ausencia del reforzador que antes obtenía y por ende por lo general aumenta la conducta blanco por un lapso breve y durante el transcurso del programa la conducta en cuestión disminuye hasta extinguirse.
Un ejemplo de esta técnica lo representa el orientado infantil que llora durante la extracción de sangre para exámenes de laboratorio y el enfermero sin querer refuerza la conducta atendiéndolo, consintiéndolo o diciéndole que no llore.
 Cuando se da cuenta decide utilizar un programa de extinción para disminuir la conducta del llanto, ignorando el llanto, aplicando las siguientes medidas: antes que el niño llore se le realizan preguntas de su interés (mascotas, juguetes, entre otros) Se continua realizando el procedimiento; se conversa con el representante, actuar como si no oyera los llantos, perseverar hasta lograr la extinción del llanto.

Saciedad: es la disminución o eliminación de una conducta inadecuada consecuente al reforzamiento continuo y aumentado de la misma conducta; cuando el orientado en varias oportunidades pide permiso para ir al baño, con lo que interrumpe o demora la actividad académica, se le puede indicar que vaya durante cinco (5) minutos al baño y no salga hasta tanto no termine de hacer lo debido y luego no volverá hasta concluir la clase.

Castigo: consiste en suministrar un estímulo punitivo inmediatamente después de presentarse la conducta blanco, provocando que la frecuencia de esta disminuya; es aplicar al sujeto un estímulo adversivo como consecuencia de una respuesta inaceptable.
 Es cualquier estímulo que al estar presente disminuye la probabilidad de que se produzca una respuesta. El castigo puede ser positivo cuando se añade un estímulo adverso o negativo, cuando se elimina un estímulo placentero. La persona que proporciona el castigo debe mantener la calma durante su administración, ya que la ira y la frustración pueden reforzar el comportamiento no deseado; pueden alterar la consistencia o intensidad del castigo.
Es una técnica que se recomienda cuando la metodología aplicada anteriormente ha sido ineficaz, ya que pueden provocar comportamientos agresivos, efectos emocionales secundarios como el llanto y el miedo en general.
 Ejemplos del castigo son las nalgadas, reprimendas, trabajo adicional no deseable o la privación de algo que se considera deseable.
Existen cuatro tipos castigo;
Castigo Físico (adversivo); reprimenda, tiempo fuera y costo de respuesta; el castigo físico suelen llamarse estímulos adversivo, por ejemplo; cachetadas, pellizcos, entre otros.
 Las reprimendas son estímulos verbales muy negativos contingentes a la conducta no apropiada, ejemplo "no cierres la boca",  el Tiempo fuera consiste en retirar a la persona de un ambiente de reforzamiento, para ubicarlo en un espacio físico que no lo es, por un tiempo limitado y específico con el objeto de disminuir la conducta blanco.
Es una técnica muy utilizada cuando no podemos suspender la administración del reforzador que mantiene la conducta que se desea modificar, de tal forma que al excluir el sujeto de la situación cuando presenta la conducta blanco y así pierda el contacto con los estímulos discriminativos y reforzadores.
El período de aislamiento no debe ser muy prolongado, cinco minutos aproximadamente suelen ser eficaces para lograr el efecto deseado en la conducta. Según Lewellen citado por Walter y Shea; plantea que existen tres tipos de tiempo fuera, que son los siguientes:
1) Tiempo Fuera Observacional: en el cual se retira al orientado de la situación de reforzamiento (por ejemplo el aula de clase) para conducirlo a un área alejada de la actividad, hacer que cierre los ojos mientras se realiza el procedimiento que ocasiona la conducta indeseable.
2) Tiempo Fuera de Exclusión: en la cual el paciente se aleja de la situación que refuerza la conducta blanco por una que no lo es en el aula de clase por ejemplo.
3) Tiempo Fuera de Aislamiento: en este caso el orientado abandona el aula de clases y de dirige a una habitación aislada. Por un determinado tiempo que no debe ser prolongado.

Reforzamiento de Conductas Incompatibles: es la disminución de una conducta que es incompatible con la conducta que deseamos modificar. Se aplica reforzando al orientado por cualquier otra conducta diferente a la conducta inapropiada que se quiere modificar, ejemplo al niño que acostumbra tomar de la mano al profesor de natación cada vez que este intenta dar indicaciones porque tiene miedo, se le pide que coloque la mano al costado del cuerpo y se le refuerza el buen comportamiento diciéndole que es un niño muy obediente por meterse por atender las indicaciones del estilo de nado.  

La terapia cognoscitiva del comportamiento centra la atención del orientado en sus ideas negativas e irreales y pretende interrumpir el círculo vicioso llevándolo a pensar de una forma más lógica, real y positiva sobre su situación en la vida.
Una forma de terapia cognoscitiva es la desensibilización sistemática; la cual trata sobre una técnica para disminuir determinados miedos aprendidos o reacciones fóbicas en una persona, comprende tres etapas:
1. Entrenar al sujeto en la relajación muscular total,
2. Construir una lista de estímulos evocadores de ansiedad y
 3. Compaginar la relajación con los estímulos evocadores de la ansiedad.

El objetivo de la desensibilización sistemática es condicionar una respuesta de relajación y evitar el miedo al estímulo ambiental. El Orientador establece una jerarquía de las situaciones que provocan menor ansiedad hasta las que causan máxima ansiedad, luego los enseña a relajar su mente, aflojar los músculos tensos y a relajarse, una vez dominada la relajación profunda, se comienza a trabajar según la jerarquía de ansiedad de menor a mayor ansiedad, se le pide al orientado que imagine las situaciones menos amenazadoras y que den una señal cuando se empiezan a sentir tensos.


 Al percatarse de la señal se les indica que olviden la escena y se concentren en la relajación, pasado un tiempo se les pide que vuelvan a la situación y se repite el proceso hasta que el orientado se sienta completamente relajado con la escena y luego se avanza un paso más en la jerarquía hasta que logran imaginar la situación más atemorizante sin experimentar ansiedad.